Pero esta vez, los afiches en la calle me enceguecieron, decía la palabra Soundscapes. Desde los colectivos que tomo a diario no podía dejar de mirar detenidamente el cartel ya que algo que me obsesiona son los paisajes sonoros, las texturas auditivas.
Finalmente me olvide de ir a comprar la entrada y pensé que ya era cosa del pasado. Pero no, agregan otra función, lo tome como una revelación divina, una señal para que vaya y no me pierda ese evento. Así que fui a la fecha extra que dio el domingo 10 a las 21 en el ND ateneo.
A la entrada del recital te daban un papelito que pedía por favor no tomar fotos ni filmar, que tan solo disfrutemos del show. Una ves que ingresé al lugar, unas increíbles soundscapes sonaban de fondo, me estaba impacientando para que el show comience, y todavía faltaba media hora.
El show cómenos 9.03, el show mas puntual que vi en mi vida. Fripp ingresa al auditorio vestido de negro, caminando con una calma digna de un monje zen.
Comenzo a setear un enorme rack que tenia enfrente de el, lo cual impedía que parte de los espectadores lo vean.
Con un pedal de volumen e infinitos sonidos artificiales Robert Fripp comenzó a generar texturas, atmósferas del mas allá. Climas totalmente tenebrosos y enmarañados.
Quedé enamorado.
Finalmente ingresan caminando por el pasillo prolijamente The League of Crafty Guitarists integrada por once guitarristas, de los cuales la gran mayoría son argentinos, armados con guitarras electroacústicas, afinadas en la New Standard Tuning (nueva afinación standard) creada por robert fripp en el año 1983.
Su set comenzó, disonancias armónicas ejecutadas con una calidez y calidad nunca antes vista por mis ojos. Complejas melodías que iban variando delicadamente de una forma indescifrable.
En uno de los momentos en que los crafty guitarrists tocaban, fripp bajo silenciosamente del escenario para quitarle de forma delicada una cámara a un espectador.
Creaban arpegios entre los 11 guitarristas, tocando una nota cada uno de ellos.
Tocando a contrapunto y con una harmonización de lo mas compleja. Si esperabas bellas melodías, ¡olvídalo! Avant garde de primera clase durante casi dos horas intercalando a la liga de guitarristas inquietos con las soundscapes from hell de Robert Fripp.
Dos bises fueron realizados para luego terminar con los doce músicos interpretando con las guitarras desenchufadas.
Una vez afuera, en el hall del Ateneo volvieron a tocar los 11 guitarristas pasando la gorra, extrañamente la gente dejaba plata. Espero que esa no sea la paga que fripp les dé.
Robert Fripp si que sabe ganarse a sus fans.
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